Hace más de dos
meses que nació mi pequeña Maya. Más de dos meses de no dormir, de estar día y
noche con la teta fuera, de batir el record de cuántos pañales se pueden llegar
a cambiar en un sólo día… pero sobre todo esto, más de dos meses de disfrutar
de ella, de su tacto, de su olor, de su mirada y de su sonrisa, porque parece
mentira que algo tan pequeño te aporte tal cantidad de felicidad.
Parece mentira que
hace 20 meses estuviéramos en la misma situación con Enzo, y a pesar de no ser
tanto tiempo hay cosas que se te olvidan, tenía mis dudas de si iba a saber
cogerla cuando naciera y fuera tan pequeña y frágil, luego te la ponen encima
nada más nacer y se te olvidan todos los miedos, vuelve a salir de ti ese
instintazo maternal que llevabas dentro y parece que has estado con ella toda
la vida.
Que los bebés sean de goma, también ayuda, claro.
Después de este
tiempo aún no he podido reengancharme al ritmo de la vida. Estas cosas llevan
su tiempo. Como decía Mafalda, que
paren el mundo, que yo me bajo. Así que perdón por la ausencia, pero creo que
tengo la mejor excusa posible para este parón.
Ya tendré tiempo de reengancharme poco a poco,
que ahora el ritmo no lo marco yo.
Entre tanto os dejo
la foto de la mano más bonita del mundo. Y si, obviamente estoy babeando
sobre el teclado.
¡Feliz jueves!
It has been two months since my little Maya
was born. More than two months no sleeping, of being day and night with my
breast at sight, of breaking the record of how many nappies am I able to change
on a single day… but above all this, more than two months of enjoying her, her
touch, her smell, her gaze and her smile, because it is incredible how such a
small person can give you such an amount of happiness.
20 months ago we were in just the same
situation with Enzo, and being not a long time you just seem to forget certain
things, I really had my doubts as if I was going to be able to take her being
so fragile and small, then she is born and just then they put her on top of you
and all those fears disappear, and all that maternal instinct you had inside
explodes and it is like if you have been always together.
Also babies are like chewing gum and that
helps as well.
After all this time I have been not able to
take the path of life again. These
things take their time. As Mafalda said, “Stop the world, I want to get off!”
So I apologize for the absence, but I believe I have the better of the excuses.
I will have time to catch the world again, but now I do not mark the rhythm.
For now I leave you with the most beautiful
hand in the world. And yes, I am melting over the laptop.
Happy Thursday!