Llevo unos días, semanas, (¿meses?), un tanto desmotivada. A
parte de estar física y mentalmente agotada, soy un quiero y no puedo en
persona. Tengo tantas ideas desde hace tanto tiempo dando vueltas en la cabeza,
que al final se han hecho un lío y ya no saben por dónde salir. Y eso se
traslada a mi día a día. Un día detrás de otro, lo mismo, la misma rutina “cómoda”,
(al menos esa es la sensación que da), de trabajo, casa, niños, dormir lo que
me dejen, (que suele ser poco), y trabajo otra vez. Y vuelta a empezar.
Sí, ya sé que me quejo pero no hago nada para cambiarlo.
Pienso mucho en cambiarlo, -¿eso no cuenta?-. No, porque sólo supone un
desgaste energético y una frustración al no verse materializado nunca el
cambio.
Vaya dramaqueen me
he levantado hoy. Pero es que estoy harta de no aplicarme mis propios consejos.
Si este melodrama me lo soltara cualquier amiga, en especial mi mejor amigo, le
soltaría mi charla energética y motivadora, (pero muy, muy machacona), de qué y cómo
hacer para salir del agujero, tirar para arriba, ver la luz, y dar el salto
mortal del cambio. Pero la situación es justo a la inversa. Y “por suerte” a él
le tengo a 2.000 km, así que no me puede dar la brasa al respecto.
Además supongo que estoy un poco más meditativa porque llevo
una semana de “aislamiento social”, con Enzo malo y con fiebre, tratando de
estar a cubierto para que la temperatura se le mantuviera un poco más a raya con
el aire acondicionado y no en la calle con esta pelona*. Sinceramente, demasiados días de poner el termómetro a
todas horas y apuntar constantemente temperaturas en una libreta que voy a
quemar dentro de poco; demasiadas horas de ver la tele más de lo que me
gustaría; (a veces me sorprendo tarareando la maldita musiquita de La Casa de
Mickey Mouse, mira que es pegadiza la jodía).
En definitiva, demasiado pa´mi body.
Me cuesta admitir esto porque siempre he sido “antitele”, pero es que un ratito
de paz le viene bien a cualquiera. Me he "relajado" tanto que incluso he pasado
del -Enzo, ¡en la cama de mamá y papá no se salta!-, al -cariño, salta con
cuidado, mejor salta en el centro de la cama para no caerte-, mientras colocaba
en un lado el quitamiedos de viaje, y parapetaba con almohadas las mesillas de
noche; (si se caen, al menos que lo hagan en blando).
Y gracias a esto he podido disfrutar incluso de alguna hora
suelta de paz; entendiendo por paz estar tirada en la cama con Enzo saltando y
haciendo volteretas entre mis piernas, y Maya con una ristra de pulseras y
collares que no volveré a usar jamás porque ahora mismo son un amasijo inseparable.
Yo mientras, muy tranquila leyéndome el último Elle que me dio por comprar en
un momento de osadía y rebelión. Así me las gasto. He de decir que no pasé de
la editorial. Preferí aprovechar y llamar a dos amigas, ¡y hasta pude hablar
con ellas!. Bueno a la segunda la tuve que colgar a los 5 minutos porque Enzo y
Maya empezaron una trifulca por la posesión de un autobús de Playmobil, y la
paz no dio para más. En cualquier caso me sentí tan bien por haber sido capaz
de hacer todas esas cosas que nunca hago, que solo por eso creo que merecerá la
pena tener que cambiar el colchón antes de tiempo.
Hoy Enzo ya está mejor, y de nuevo en “su cole”, así que poco a poco
volveremos todos a nuestra rutina-sweet-rutina sin el termómetro a cuestas.
Yo por mi parte me he puesto un tope: octubre es mi meta, o
mejor dicho, mi punto de salida, para empezar a dar pasitos hacia adelante e ir
materializando ideas. Voy a necesitar todas las energías del mundo. Así que a
los que me rodean, familia, amigos, os doy aquí por escrito permiso para que me
azucéis si me duermo en los laureles, si me pongo en plan vago y si me echo
para atrás. Y para que me echéis la charla-rapapolvo energética-motivadora que yo misma os
habría echado a vosotros, que en algunos casos, nos viene muy bien nuestra
propia medicina. I me voy a tomar esta foto como mi nuevo mantra, "We Can Do It". Como la campaña de Obama, "Yes We Can" o en mi caso "Yes I can, yes I can, yes I can..." hasta que lo repita tantas veces que no tenga sentido. Y sobre todo, hasta que lo interiorice hasta el tuétano y me lo crea, y entonces no me de miedo dar el salto. I Can Do It!!
¡Feliz jueves!
*Pelona: del "Diccionario de Carmen", aka mi santa madre. Véase: mucho calor, tiempo caluroso. Úsese: "a las tres de la tarde no se puede salir a la calle, que hace una pelona..."