martes, 23 de febrero de 2016

Cómo NO educar con el ejemplo

Acabo de leer esta noticia y estoy en shock. El titular es "Denuncian a la profesora de un niño de ocho años por atarlo a la silla en presencia de sus compañeros". Si esto es cierto, ¿cómo es posible que una profesora se comporte de esta manera con un alumno? No soy profesora, no sé qué puede sentir una docente si tiene un niño más revoltoso o más inquieto en clase, si quizá ese niño "contagia" el revuelo a los demás; a lo mejor es un mal educado y falta el respecto a la profesora y a sus compañeros, por ponerme en el peor de los casos. Seguro que se debe sentir sobrepasada en muchas ocasiones, pero entiendo que hay mil fórmulas antes que ir al gimnasio, coger una cuerda, volver a la clase, y atar a un niño de 8 años a una silla, en presencia de todos sus compañeros.

Bonita lección para dar al resto de sus alumnos. Todo un ejemplo a seguir. 

Como digo, yo no soy profesora, pero sí soy madre, de dos niños que me pueden sacar mucho de mis casillas en ocasiones, sobre todo al final del día cuando ellos están cansados igual que yo, y esto hace que pierda la paciencia muchas veces. Pero es mejor respirar dos veces e irte de la habitación antes que hacer alguna barbaridad. Y no sé qué se le pasaría a esa señora por la cabeza en ese momento, pero desde mi punto de vista, no debería volver a dar clase a niños de esa edad nunca más.  

Todo esto me ha traído a la mente una profesora que había en mi colegio, se llamaba Carolina, y creo recordar que la llamábamos la Trol. Sí, los niños son crueles, pero la señora medía 1,50 y realmente parecía un trol de los de David el Gnomo, así que el mote no podía ser otro. Doña Carolina en cuestión, un día me cruzó la cara de un bofetón porque me salí de la fila para ir a clase. No estaba haciendo nada más que revolotear como el resto de los niños que estábamos encerrados en un pasillo en vez de a nuestras anchas en el patio, porque era un día de lluvia en el que estábamos en el interior del colegio, durante el recreo de después de comer. Yo estaba en quinto curso, es decir, tendría unos 10-11 años. Lo recuerdo como si fuera ayer.

Mi madre fue a hablar con el director, o con la profesora, o con los dos, no recuerdo eso porque yo no estaba en la reunión, y al final todo quedó en que ella no me había pegado, me lo habría inventado, sólo me había llamado la atención, cosas de chiquillos. Valiente hija de perra mentirosa.

Está claro que la educación de los niños empieza en casa, eso por supuesto; es cuestión de los padres, familia, tutores, etc. pero debería tener una continuidad en las aulas. Y los padres llevamos a nuestros hijos a los colegios confiando en que la persona que está a su cargo va a enseñarlos, sí, pero también va a educarlos y a cuidarlos, porque al fin y al cabo es de alguna manera una prolongación de nosotros mismos durante las horas en las que el niño está en el colegio; es el adulto de referencia durante ese tiempo. Y me parece inadmisible que ese adulto de referencia ejerza semejante comportamiento con nadie, porque ni enseña, ni educa, ni mucho menos cuida al niño.

Es genial ver como cada vez hay más noticias sobre colegios que evolucionan en su forma de enseñar, profesores que son todo un ejemplo del cambio positivo que aunque muy lento, parece que se va dando poco a poco en nuestro país. Y luego está la otra cara de la moneda, con estas noticias, de profesores que no sé muy bien por qué son profesores, porque pocas profesiones me parecen más vocacionales que la labor de enseñar.

En fin, que para dar ese ejemplo, y si quería atar y someter a alguien mejor podría haberse dedicado a ser dominatrix, o a los rodeos de vacas o caballos.  


¡Feliz martes!

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