Vuelta de otras minivacaciones y vuelta a la realidad, y a
los 45 grados que parecen 45.000 que hace en Madrid. ¡Qué horror!
Una vez superadas las seis horas de coche, que son seis horas
de bipolaridad sentada con los niños en el asiento de atrás, en las que pasan
de la risa al llanto en cuestión de 30 segundos, y a la locura porque han visto
un tractor, o una vaca, o un toro gigante de Osborne, o básicamente cualquier
cosa de las que no ven en su entorno más de ciudad que los parquímetros. Una vez
superado eso, empiezan las vacaciones, ¡yuhu!
Igual cuatro días no suenan a vacaciones de ensueño, pero
cualquier cosa es bienvenida para salir un poco de la rutina, cambiar de aires,
y desconectar, sobre todo desconectar. Porque en vacaciones todos nos
relajamos. Creo que yo me relajo en todas mis facetas, también en mi faceta de
madre; y mis hijos se relajan en su faceta de hijos, están más a su aire, salen
a investigar más, me borran menos el nombre, y se pegan más carramolazos*, eso sí, pero oye, ¡es que
todo no se puede tener! Y el caso es que esto, a una, de vez en cuando, le
viene hasta bien, (por no decir que es más necesario que el aire que respiro).
A parte de que la vida al lado del mar, ya sea tirado en una
hamaca en la playa, paseando por el paseo marítimo o comiendo pescadito frito en cualquier chiringo,
lleva otro tempo y te arrastra con él. O igual es sólo salir de la city y cambiar de aires, da igual
playa que montaña, el caso es que yo he vuelto en modo zen. Parece que he
estado 4 días de spa.
Y el resto del verano… pues hasta las vacas XXL en agosto
tendremos que conformarnos con la piscina comunitaria, que bien nos hace el
apaño para las tardes apiñados debajo de las 4 sombrillas, cotizadas a precio
de caviar de beluga. Y aún no tengo plan vacacional para la tropa, ni idea de
dónde vamos a ir, pero como os he dicho, estoy en modo zen, así que me la trae al pairo; ya lo pensaré.
Si se os ocurre destino de ensueño bueno, bonito y barato, (si es tipo el de la foto, mejor que mejor), ya sabéis, una servidora, es toda oídos, y las sugerencias son siempre
bienvenidas, (cualquier cosa con tal de no pensar en otra cosa más). Hasta
mediados de agosto, aún hay tiempo, y si decidimos a dos días, pues mira, nos
gusta vivir al límite, ¡improvisación al poder! ouh yeah!
¡Feliz (y zen)
miércoles!
*Carramolazos: del “Diccionario de Carmen”, aka mi santa madre.
Véase, caída, golpe, también mochazo.
pues hija, incluso esos 4 días me dan envidia, porque aquí hay una (bueno 3... y medio) que me da que se comen el verano madrileño con todas sus olas de calor!! 😭
ResponderEliminaren fin, dadas las temperaturas, yo recomiendo norte!!!!